martes, 4 de diciembre de 2012

Carta a Wert de un Profesor de Filosofía en Prácticas

Señor Wert,

¿reparto razonable?

Soy un egoísta, no en el sentido más estricto, sino desde el punto de vista pragmático, estaría mejor decir pues que soy un pragmático, pero por la conclusión a la que llegaré mejor entono un egoísta. Por lo general mi capacidad de trabajo es alta, y va dirigida a objetivos y a objetivos prácticos, especialmente aquellos en los que puedo aplicar los conocimientos que adquiero, y que después puedo demostrar, comprobando hechos, aplicando técnicas que después funcionen en la realidad, esa que usted se está encargando de cambiar, por decirlo de un modo respetuoso, las actividades conceptuales que no tienen como objetivo la utilidad y la funcionalidad no tienen que ver, por así decirlo, conmigo. Aunque quizás esté de acuerdo con su propuesta porqué a pesar de ser totalmente teórica, y no tener nada que ver con la realidad, pueda confirmar mí pragmatismo y algo de utilidad para mí. (Revise el tema de inteligencias múltiples que, como sociólogo, seguro que conoce muy bien, si no entiende lo que digo).

¿y por qué le digo esto? Preguntará usted.
Pues porqué la reflexión que hago dista mucho de la política, es totalmente utilitaria, y he llegado a la siguiente conclusión, tan sólo con algunos minutos dedicados a pensar en lo que se nos podría venir encima. Usted no ha pensado bien el problema que podríamos tener aquí, o lo ha pensado mucho y por eso el planteamiento, si esa propuesta teórica se llevara a cabo. Lo que yo, con mis grandes limitaciones, alguien pragmático como decía, no muy versado en grandes análisis, pero tampoco la clase de bobos que a ustedes les gustaría, permita que incluya aquí a algunos de sus amigos, de ahí el plural, he visto es lo siguiente. Si lo que propone llega a puerto, que espero se hunda por el camino, seremos muchos los que saldremos beneficiados aquí, en Cataluña. No hablo de ninguna trama anti española, ni contraria al centralismo, ni nada por el estilo, no hablo de política. Hablo de la sociedad, de la gente, eso que ustedes (vuelvo con el plural) olvidan cuando hacen política. Llegado, pienso que la disgregación social será muy grande, no ya entre catalanes o el resto, como se empeñan en forzar, sino dentro de Cataluña. Pienso que hay una clase media, media alta y alta, una clase acomodada si es que existe hoy día, que hará caso omiso de su propuesta, pero no haciendo un voto de objeción, sino que optaran por seguir hablando catalán con sus familias, amigos, con todo su entorno, y seguirán pidiendo educación en catalán para sus hijos. Supongo que eso lo han previsto. Seguro que sí. ¿y qué pasará luego? Esa clase social de la que le hablo tendrá empresas, y contrataran a gentes que hablen catalán, lo mismo pasará en la administración, y entonces será curioso ver como justifican ustedes la brecha social laboral dentro de una comunidad. ¿a quién culparán? Al empresario por requerir en el currículo una lengua más (la catalana), o a la administración por pedir el dominio del catalán para atender a esos millones de contribuyentes que lo hablamos. Lo del egoísmo que le comentaba al inicio es porqué si su propuesta se aprueba, y como siempre le veo el lado bueno a todo, me veré beneficiado, y conmigo un buen número (millones) de catalanes que no abandonaran su lengua. Tendremos más opciones de encontrar trabajo, tendremos una diferencia significativa y positiva, hablaremos la lengua del lugar donde residimos, y los que no la hablen se acordarán bastante de usted. Como no dudo, como ustedes hacen, de la inteligencia de mis conciudadanos, espero que la decisión de continuar con la lengua y de exigir educación en catalán será cuasi unánime. Entonces me veré felizmente en igualdad de condiciones y no existirá la superioridad curricular descrita. 

¿No se lo ha planteado? Mire, ahora estoy haciendo un máster en la Universidad de Barcelona, de profesor, sí señor Wert sí, de profesor de filosofía, decidí que, a mi edad, quiero ser profesor (elegí el mejor momento, no tengo duda). De las mejores profesoras que tengo, y con mucha diferencia del resto, es la de sociología. Así que dudo que no se haya hecho ese planteamiento. Hasta los niños de primero de ESO a los que he tenido el placer de hacer la primera clase hoy lo comentan. Ah, la clase en catalán toda, y con algún alumno hablando en castellano sin problemas ¿se lo imagina? No ha salido perseguido, el profesor (yo), le ha contestado, y los compañeros le entienden, le hablan y comentan con él sus reflexiones. Algo impensable ¿verdad ministro?